09 diciembre 2005

Parabola China


Un anciano llamado Chunglang, tenía una pequeña propiedad en la montaña. Sucedió cierto día que se le escapó uno de sus caballos y los vecinos se acercaron a manifestarle su condolencia.
Sin embargo el anciano replicó:
-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!
Y hete aquí que varios días después el caballo regresó, y traía consigo toda una manadade caballos cimarrones. De nuevo se presentaron los vecinos y lo felicitaron por su buena suerte.
Pero el viejo de la montaña les dijo:
-¡Quién sabe si eso ha sido un suceso afortunado!
Como tenían tantos caballos, el hijo del anciano se aficionó a montarlos, pero un día se cayó y se rompió la pierna. Otra vez los vecinos fueron a darle el pésame, y nuevamente les replicó el viejo:
-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!
Al año siguiente se presentaron en la montaña los comisionados de los Varas Largas. Reclutan jóvenes fuertes para mensajeros del emperador y para llevar su litera. Al hijo del anciano, que todavía estaba impedido de la pierna, no se lo llevaron.
Chunglang sonreía.

3 comentarios:

NeXTioNeeR dijo...

hola!!.. no entiendo...

y nu chau la relacion con lo q le paso al seba...


saludos!!

GIO

Unknown dijo...

Quien sabe si lo que le pasó a Seba fue mala suerte...

F. dijo...

Es bastante simple realmente este cuento como para no entenderlo, pero bien.

Es de Hermann Hesse, sabías?