05 agosto 2008

El paradigma de la riqueza


Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el interior del país, con el firme propósito de que éste viera cuan pobre podría llegar a ser la gente de campo. Que comprendiera el calor de las cosas y lo afortunados que eran ellos, que parecían tenerlo todo.

Estuvieron por espacio de un día y una noche completos, en una granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre pregunta a su hijo:

- ¿Qué te pareció el viaje?
- ¡¡Muy bonito, papá!!!
- ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
- ¡Sí...!
- ¿ Y qué aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas, Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte, Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

Al terminar el relato el padre se quedó mudo... y su hijo agregó:
- Gracias papá, por enseñarme lo rico que podríamos llegar a ser...

27 julio 2008

Cuento Zen


Un maestro y su discípulo caminan.
El discípulo pregunta: “¿Adónde vamos, maestro?”
El maestro responde: “Ya estamos”.

15 febrero 2008

El amor y la pareja


Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que, una vez, hasta la tienda del viejo brujo de la tribu llegaron, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.

- Nos amamos -empezó el joven.
- Y nos vamos a casar -dijo ella- y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor -repitieron-, ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo... -dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé... es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa -dijeron los dos.
- Lo que sea -ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.

- Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta... salgan ahora.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur...
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.

El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

- ¿Volaban alto? -preguntó el brujo.
- Sí, sin dudas. Como lo pediste... ¿y ahora? -preguntó el joven- ¿lo mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No -dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne -propuso la joven.
- No -repitió el viejo-. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.

El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

- Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro.
Si quieren que el amor entre ustedes perdure, "vuelen juntos pero jamás atados".

11 enero 2008

Elevate


Después de la 2ª Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.

Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de detrás de su asiento y se dió cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.

Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.

Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.


MORALEJA:

Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia,

VUELA MÁS ALTO!!

Si te criticaran,

VUELA MÁS ALTO!!!

Si te hicieran alguna injusticia, o defraudaran tu fé...

VUELA MÁS, MÁS... ALTO!!!!!!!


ACUÉRDATE SIEMPRE QUE LAS ratas NO RESISTEN LAS GRANDES ALTURAS...

Aporte de Lord Carlos